El agotamiento y sus consecuencias.
- Lucas Torrez
- 5 jul 2024
- 3 Min. de lectura
En el transcurso de nuestra rutina podemos caer en un agotamiento que influye
fuertemente en nuestro rendimiento. La falta de descanso, ambientes dañinos,
conflictos repetitivos en los vínculos que una y otra vez aparecen sin resolverse, son
fuentes de agotamiento. Podemos ver esto como un impedimento para continuar, un
obstáculo a vencer, un aspecto negativo sin embargo es una consecuencia de
nuestras decisiones. Este cansancio es una señal que nos recuerda un mensaje que
a veces olvidamos, nuestras fuerzas son limitadas. Cuanto mas luchemos contra
esto, queriendo evitar pensar en la situación, mientras más insistamos en sostener
estructuras altamente demandantes sin detenernos, profundizaremos un daño a
nuestra salud qué nos costará caro.
Hay un principio en el cual necesitamos reflexionar, no podemos dar algo que no tenemos.
Si nos ocupamos sólo en dar, y no en llenarnos tarde o temprano terminaremos vacíos. Esto puede parecer sencillo, no obstante es un pensamiento que cuesta añadir a nuestras decisiones. Es posible que solo nos estemos enfocando en las demandas de la agenda, de las personas, del trabajo, de la familia, en otras palabras, priorizando las demandas de otros.
Podemos estar constantemente involucrándonos en relaciones que nos quitan
vitalidad. Intentando modificar, cambiar, controlar a los demás. Asumiendo
responsabilidades que no son nuestras, delegando poco o ni siquiera hacerlo. El
cansancio también puede ser una consecuencia de la frustración. Es complejo
intentar vivir de una manera saludable si tomamos elecciones que una y otra vez
van en sentido contrario.
En el afán de continuar con los compromisos asumidos, de priorizar las actividades,
podemos descuidar nuestro propio cuerpo.
Este nos pone un límite, un freno si
nosotros no lo hacemos voluntariamente. Estamos ante un desafío sumamente
importante, o damos lugar a las advertencias, o experimentamos consecuencias.
Por una causa u otra, nos terminaremos deteniendo de todas formas. Nos guste o
no, nuestro cuerpo necesita un tiempo de descanso. Esto no solo está conectado
con dormir. El descanso no solo implica algo físico, también es poner límites a las
demandas de los demás. Por ejemplo, Moises, el líder del pueblo, el hombre que
era el más manso de su época (Nm. 12:3) el más preparado para dirigir y gestionar
conflictos, también se cansaba. En un momento le expresó a Dios que no quería
vivir más, debido a la carga tan pesada que sentía por su asignación (Nm 11:14-15)
Hasta el hombre más decisivo de su época también necesitaba límites. Decir que
no, a todo aquello que no podemos controlar. Decir no, a exigencias que no
tenemos la capacidad de resolver.
Lamentablemente para Moises un momento de hartazgo, una mala decisión en momentos de frustración y agotamiento le provocó quedar fuera de la tierra prometida (Nm 20:10-12). Reflexionemos, nuestro trabajo, nuestro esfuerzo puede correr riesgos desmedidos cuando estamos cansados. Se vuelve difícil pensar en esos momentos, lo más sencillo es reaccionar, y esto no siempre es la mejor opción. Recordemos que los límites nos ayudan a tener claridad y a cuidar algo valioso. No tienen porque estar conectados con algo negativo.
Validemos nuestras emociones, escuchemos lo que sentimos, no lo posterguemos.
Aprendamos errores propios y ajenos. Seamos sabios, aun las personas mas
preparadas pueden estar expuestas ante este tipo de circunstancias, lo cual nos
ayuda a ser cautos y no subestimar la importancia de una agenda equilibrada. Estos
aspectos pueden ser una alerta, que no estamos yendo a Jesús lo suficiente. Él es
nuestro descanso (Mt 11:28) Dios es quien nos ayuda a dormir confiados (Sal. 4:8).
Dejemos en sus manos todo aquello que no podemos controlar, confiemos en sus
planes que son de bienestar para darnos un futuro y una esperanza (Jer. 29:11)
Nuestro agotamiento puede ser un anuncio que necesitamos escuchar para tomar
decisiones diferentes.
Damos y somos el mensaje, cuidemos lo que expresamos tanto con nuestras palabras como también con nuestras acciones.
Comentários